Aunque lo habitual en las casas sea que tengamos un único rallador para todo, no todos los tipos de ralladores van a servir para lo mismo, ya que han sido confeccionados expresamente para diferentes alimentos, como también tamaño del rallado. El rallador es una de esas herramientas que no pueden faltar en tu cocina. Pero generalmente nos limitamos a usarlo para rallar queso o zanahoria para tus ensaladas. Acá descubrirás que el rallador es mucho más que eso!
Nuevos usos para tu rallador
Los ralladores son un clásico utensilio de cocina que si bien fue creado para una específica función, rallar quesos, con una forma bastante simple y de muy fácil uso, conforme han pasado los años, quienes les tenían en sus cocinas, comenzaron a darles otras tantas diversas utilidades para facilitar con ello tanto la preparación de determinadas recetas, como para que la presentación de la misma quedase completamente perfecta a la vista.
Salsa de tomate casera: No hay nada mejor que un rico plato de pastas con salsa de tomate hecha en casa. En vez de usar una lata de tomates en cubos del supermercado, ralla el tomate fresco con un rallador grueso y obtendrás la textura perfecta para hacer tu salsa.
Mantequilla rallada: ¿Te has dado cuenta que muchas recetas de repostería sugieren mantequilla a temperatura ambiente? Esto es esencial para lograr que se incorpore bien con el azúcar, haciendo que la mezcla sea cremosa y aireada. Una buena manera de llevar la mantequilla a temperatura ambiente rápidamente y poder incorporarla a tu receta es rallarla con un rallador grueso.
Manzana rallada: Pocas veces usamos nuestro rallador para las frutas. Prueba rallando una manzana! Al ser una fruta firme, no se desarma al rallarla. Obtendrás tiritas de manzana perfectas para un postre (mézclalas con leche condensada) o para cocinar un pie.
Chocolate rallado: Decora tus postres como un profesional agregándole ralladura de chocolate por encima. Le darán un lindo toque y tus invitados se sorprenderán. Incluso puedes usarla sobre el café!
Consejos para comprar el mejor rallador
Antes de empezar a hablar de los tipos de ralladores que puedes comprar en el mercado, queremos que tengas algunos consejos y trucos para comprar el mejor rallador, tanto si lo que quieres es uno de doble rallado, fino o con un corte más grueso. En primer lugar lo que tienes que mirar es que la forma del mismo sea fácil para su utilización. En el mercado puedes encontrar modelos con un aspecto divertido, original y gracioso, sin embargo, cuando lo tienes en la cocina y quieres rallar un producto, a veces esta forma al final lo que consigue es que se entorpezca y no se aprovecha para nada el rallado del alimento. Por este motivo, intenta siempre comprar un rallador pensando en su uso, y no en lo estéticamente bonito que es.
Tipos de ralladores:
Rallador fino: Seguro que lo has visto en más de un programa de televisión cuando rallan un poco de la piel de un limón o de la lima, quedando el resultado muy fino. Esto se consigue con los ralladores finos, los cuales tienen unas cuchillas muy juntas y pequeñas, que consiguen en el caso de los cítricos, que tan solo se llegue con una simple pasada a rallar la parte externa de la piel, sin tocar siquiera la zona blanca que es la que más amarga. En el caso que queramos rallar para espolvorear, es posiblemente el más utilizado, siendo útil para quesos, chocolates, ajo o nuez moscada.
Ralladores eléctricos: Los ralladores eléctricos llevan con nosotros mucho tiempo, aunque actualmente están ganando el terreno a otros modelos puesto que son capaces de, con tan solo un botón, elegir el tipo de rallado que quieres, quedando todo en un mismo recipiente y además, sin tener que hacer ningún tipo de esfuerzo, teniendo la seguridad que aprovecharás al máximo el producto sin que haya riesgo de cortes. Por otro lado, cada vez son más baratos, teniendo unas cuchillas muy longevas, consiguiendo, por tanto, unos resultados y una relación calidad-precio increíbles.
Rallador doble rallado medio: Se trata de un rallador que funciona en las dos direcciones de corte, es decir, cuando pasas un alimento de arriba hacia abajo y viceversa, haciendo que los cortes sean más rápidos, aunque las dimensiones suelen ser algo mayores que las anteriores. Es utilizado sobre todo para rallar frutas, verduras quesos duros, chocolates, entre otros. Según la maestría del cocinero, las tiras resultantes pueden ser más cortas o más largas, según su utilización y la rapidez en la que se corten.
Rallador grueso: Es quizás uno de los más comercializados y utilizados en la cocina del hogar. Cuenta con unos orificios bastante grandes, cortando únicamente en una dirección. Este instrumento lo que hace es picar o rallar los alimentos, por lo que no tiene una consistencia tan fina como los anteriores, siendo útil para las zanahorias o los calabacines, pero también para quesos más blandos o para diferentes frutas u hortalizas.
Rallador estrella: El rallador estrella se identifica principalmente porque sus orificios tienen un aspecto de estrella, siendo estas cuchillas muy cortantes, por lo que hay que tener mucha precaución con ellas a la hora de rallar los ingredientes. El resultado que presentan los alimentos una vez rallados es muy fino, quizás no tanto como el primero de todos, pero si sería un término medio. Es ideal para frutas, hortalizas, quesos o chocolates muy duros e incluso para el jengibre.
TIP: lava tu rallador justo después de usarlo, usa un cepillo de dientes para tallar y seca de inmediato. Así lo conservarás en mejor estado por más tiempo.
Úsalos adecuadamente y considera aplicar esos pequeños trucos en tu día a día.